El aislamiento era la mejor opción que teníamos para evitar que el virus se siguiera expandiendo, obviamente, estar encerrado las 24 horas del día no es nada bueno para cualquier persona.
Las rutinas son una serie de conductas que nos dan una sensación de control ante un mundo caótico y cambiante. La aparición del Coronavirus y las medidas que se están instaurando para detener el contagio producen una sacudida, un terremoto en nuestra tranquila y ``planificada`` vida.
El estrés y la angustia son una moneda corriente cuando surge una pandemia como la que estamos atravesando. El miedo y la sensación de desamparo se disparan como consecuencia del desmantelamiento de nuestras rutinas.
La desorganización de nuestras vidas junto con la incertidumbre generada por la pandemia provoca reacciones de pánico. Las mismas surgen de sobredimensionar la situación de peligro y de infravalorar las herramientas que poseemos para afrontar la nueva situación vital.
Recuperado de:
https://www.centrobonanova.com/efectos-psicologicos-por-la-pandemia/
Para mí, el aislamiento por la pandemia del COVID-19 es muy aburridor, estoy cansado de estar todo el día encerrado frente a una pantalla. Pero gracias a esas medidas tomadas para hacer frente a la pandemia, la curva de contagios se aplanó y ya se están reactivando algunos sectores.
Lo único bueno del aislamiento es que tuve mucho tiempo para dialogar con mis padres y reflexionar sobre algunas cosas.
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